El poblado de La escondida se encuentra a tan sólo 30 minutos de la ciudad de Tepic y posee una   ex hacienda que se construyó a principios del siglo XX con la intención de refinar la caña para convertirla en azúcar y distribuirla por todo México y hasta Europa. Este ingenio  azucarero, consta de tres grandes construcciones, que en la actualidad se encuentran en un estado muy deteriorado por el paso del tiempo.

La construcción principal que resalta desde que llegas a estas ruinas, alberga en su primera planta el equipo y maquinaria necesaria para la producción de azúcar, como lo era el molino de caña impulsado por una turbina hidráulica, la cual funcionaba, gracias a un largo acueducto que al día de hoy aún mueve agua.

Dicho acueducto forman en la actualidad forma parte del hermoso paisaje de las comunidades, formando unos hermosos arcos que son característicos de este sitio, como símbolo de la importancia de esta hacienda cuando estaba en función.

Aquí mismo se encontraban también las calderas que se utilizaban para cocer el jugo de caña y los chacuacos, es decir los desfogues de las calderas que son tan altos como el mismo edificio principal.

En la planta alta de este edificio, se encontraban las oficinas administrativas de los altos mandos de esta fábrica, los cuales contaban con un importante poder de influencia sobre los trabajadores y la población.

Al finalizar el proceso de la producción de la azúcar, esta era transportada por mulas hasta el Puerto de San Blas, donde era enviado con destino a Europa.

Si deseas visitar este impresionante lugar te recomendamos hacerlo de día, tener precaución a la hora de explorar el lugar y sobre todo respetar este histórico lugar nayarita.